Llega el otoño a Italia y con él las ganas de cocinar un rico plato caliente. Esta estación en Argentina coincide con fechas patrias como el 25 de mayo, ocasión ideal para preparar comidas criollas: empanadas, locro o… ¡humita! Aquí, no tendremos que asistir al acto del 25. No sólo porque es octubre, sino porque, en general, en las escuelas italianas no hay actos patrios de ningún tipo (tema para otro post). Pero no hay por qué quedarse con las ganas: igual podemos preparar este rico plato de sabor bien nuestro y con los típicos colores ocres otoñales.
Un producto originario de nuestras tierras
El maíz era uno de los principales alimentos de los pueblos de Indoamérica, con él lograban una gran diversidad de preparaciones.
La humita es una de ellas: este plato, presente en Venezuela, Colombia, Perú, Bolivia, Argentina, Chile y hasta en Centroamérica, es una herencia gastronómica de los antepasados del continente americano y data de la época precolombina.
En nuestro país lo relacionamos a un plato norteño por excelencia. Su preparación es a base de granos de choclo triturados a los que se le agrega una fritura de cebolla, ají, leche y pimentón. La humita nunca lleva carne (a veces se confunde la humita con el tamal), pero puede llevar queso fresco.
A pesar de ser un plato apreciado en todo el cono sur y Centroamérica, el nombre con el que se la reconoce varía de un lugar a otro.
La palabra Humita deriva de la lengua quechua Humint’a, variante regional del quichua que se habla en el vecino Perú, sur del Ecuador y noroeste de Argentina. En Corrientes se la conoce con la voz guaraní mbutacá. En Paraguay, con el nombre guaraní de ka'i ku'a. En Venezuela se la denomina hallaca, hallaquita o bollo. En Bolivia, huminta; en Centroamérica tamal y en Perú humita, como en Ecuador, aunque en el sur de éste país también se la conoce como “chumal”.
El maiz del otro lado del charco, de este lado solo polenta
Si vivís en Italia te habrás dado cuenta de que no se consumen alimentos preparados con choclo. Lo podemos encontrar en granos en alguna ensalada, sopa de verduras o raramente el choclo entero (pannocchia) a la parrilla. No hay preparaciones con choclo dulce como nuestra tarta de choclo (la preferida de mi hija italiana con genes argentinos en el paladar), la humita, los canelones o el pastel de choclo, que tanto nos gustan. ¡Con el maíz hacen solo la polenta!
En nuestro país, la humita, se prepara a la olla o en chala, con algunas variaciones.
La receta que te propongo te permite preparar una riquísima humita a la olla, simplemente con el choclo que podés conseguir viviendo en el extranjero: el maiz dulce amarillo en lata. Conseguir el choclo no es imposible (últimamente algunos supermercados suelen tenerlo, incluso importado de España o Francia) pero con su chala es casi una empresa. ¡La humita en chala va a tener que esperar al próximo viaje a Argentina!
Hay que prestar un poco de atención en la compra del zapallo: aquí todas las variedades se llaman “zucca”, es decir calabaza. Para la receta, te aconsejo usar la Delica, Berrettina Piacentina, Mantovana, Crown Prince o Iron Cup.
Si organizás una cena argentina, podrás sorprender a tus comensales con una cazuela de humita como primer plato, luego de una entrada de empanadas, y terminar seguramente con un buen bife de carne de la nuestra. Para los italianos es, sin ninguna duda, un plato completamente novedoso.
Ingredientes para 6/8 porciones
5 latas de choclo de 300 g (maiz amarillo en granos)
½ kilo de zapallo (zucca)
1 cebolla grande
½ pimiento rojo
Leche, cantidad necesaria
sal
pimentón
pimienta
ají molido
comino
queso fresco (tipo piattone, taleggio o stracchino)
Procedimiento
Picar la cebolla y el pimiento. Rehogar en una cacerola con un poco de aceite durante unos minutos.
Pelar y cortar el zapallo en trozos pequeños, agregarlos a la cacerola y cocinar a fuego mínimo con la tapa, para que conserve el vapor y éste ayude a la cocción, alrededor de unos 15 minutos o más. Controlar que no se pegue.
Si es necesario, agregar un poquito de agua. Esto dependerá de la consistencia del zapallo y la humedad que contenga. Controlar la cocción: las verduras deben resultar blandas. Luego, desarmar el zapallo con el tenedor.
Mientras, eliminar el agua del choclo en lata, y procesarlo, con un poco de leche, usando una minipimer o licuadora. Se debe lograr una consistencia intermedia: no debe ser líquido, debemos sentir un poco el granulado.
Agregar esta crema a la preparación anterior y cocinar unos 15 minutos. Recordemos que los granos en lata ya están pre-cocidos.
Condimentar con sal, pimienta, ají molido, pimentón y comino a gusto. Generalmente, con el choclo dulce en lata y el zapallo dulce no es necesario agregar azúcar.
Si resultara demasiado espesa agregar leche.
Servir acompañando con trozos de queso fresco, que se derretirán en la humita bien caliente, según el gusto de cada comensal.
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